Barcelona, 21 de abril, 2020.- Este mes de abril, los fabricantes de automóviles irán arrancando sus líneas de producción. Así lo han anunciado tanto Volkswagen en Navarra, como Ford en Almussafes. Además, en el próximo mes de agosto también se podría recuperar parte de la producción perdida en los meses de marzo y abril.
Lo que desconocemos es con qué previsiones de ventas trabajarán y cómo afectará a todas las empresas que trabajamos en la cadena de suministro de la logística de automoción. Las patronales del estratégico sector del automóvil se han mantenido muy activas durante el confinamiento y la parada de la actividad económica en la mitad de la población mundial, para combatir el virus Covid-19. Acaban de reivindicar un Plan de Choque al Gobierno. Sin embargo, algunos estudios de mercado dan cifras jamás vistas antes. Por ejemplo, Insight Partners asegura que los niveles de producción y ventas de automóviles de 2018 no se recuperarán hasta el año 2025 ó 2026. De hecho, la facturación del sector del automóvil ha caído un 95%, tras caer las matriculaciones de coches en marzo un 69% y con un impacto negativo sobre el empleo que afectará a 350.000 trabajadores.
Las patronales del sector del automóvil aseguran que ahora es el momento diseñar una nueva configuración fiscal y estimular la renovación de los turismos con todas las nuevas tecnologías disponibles y se impulse, a su vez, el cumplimiento de los objetivos medioambiental. Además, proponen al Gobierno, nuevas iniciativas que apoyen la liquidez de las empresas, flexibilidad laboral, impulso de la inversión e industria 4.0. Aún desconocemos cómo han sido recibidas por el Gobierno estas peticiones y si se reflejarán en los futuros planes de reconstrucción de la economía española.
Es el momento de las empresas y sus decisiones colaborativas
Al margen de las ayudas públicas, si se producen o no, tenemos que centrarnos en todas las empresas que protagonizan la cadena de suministro de automoción. Los fabricantes, la industria auxiliar, proveedores para el montaje de cada vehículo, la logística del vehículo terminado, portavehículos, concesionarios, talleres, etc. Esta supply chain ha sufrido un parón imprevisto y es el momento de reaccionar. De diseñar el futuro con mayores garantías para que el suministro se adapte a los nuevos riesgos. Porque parece que vamos a tener que acostumbrarnos a vivir y trabajar en permanente crisis.
En el terreno de posibles soluciones operativas, los expertos logísticos hablan hoy de los nuevos retos a los que se enfrenta el almacenamiento y la distribución de mercancías: Aceleración de la transformación digital; Apostar por proveedores más nacionales, que internacionales; Mayor relevancia del análisis de riesgos con tecnologías como Blockchain y Big Data; Visibilidad con los proveedores y con los clientes; Aumentar la colaboración para asegurar flujos logísticos más cortos, controlables y sostenibles. Ya veremos si algunas de estas recomendaciones se pueden aplicar en la logística de automoción. Mientras tanto, surgen dudas, por ejemplo: ¿La venta on line de coches registrará un aumento?. ¿Los fabricantes anticiparán la llegada del automóvil eléctrico. ¿El coche autónomo se retrasará, debido a su alto coste producción masiva?. ¿Cuál será el papel del concesionario en la próxima década?. ¿Qué políticas de stock serán las más acertadas, tanto nacional, como internacionalmente?. ¿Habrá nuevas fusiones entre fabricantes de automóviles?. Son preguntas que nos podemos plantear, pero cuya respuesta se irá viendo, día a día. Al igual que los Planes de Contingencia en lo que estamos inmersos, aún.